Esta semana nuestro héroe vuelve a coger el látigo y el sombrero. Una nueva aventura de Indiana-Hadley se presenta ante nosotros con la acción más trepidante, el riesgo más sorprendente y el peligro más acechante.
Más guapo que nunca Tony Hadley se mete en la piel de este arqueólogo aventuro y nos transporta un mundo de sueños y de quimeras, pero también aporta a la humanidad una verdad trascendental. Tendréis que leer hasta el final para ratificar esa verdad.
Atentos porque comienza la película, agarren el refresco y las palomitas y qué disfruten de....
INDIANA HADLEY Y EL MAPA DEL TESORO
Tras terminar su clase de arqueología en la universidad,
coronada de nuevo con los suspiros de pasión de sus alumnas ante su
inconmensurable belleza, Indiana Hadely recibe la visita de su ayudante.
Con la
voz aún entrecortada le insta a cerrar la puerta de su despacho porque el
asunto que se trae entre manos es de vital importancia para la humanidad.
Indy-Hadley sabe de sobra que se va a meter de lleno en una
nueva aventura y no puede dejar de sentir ese cosquilleo en el estómago ante
tamaño misterio. Su ayudante no se anda por las ramas y le cuenta todo sin
omitir ni un detalle:
-Indy-Hadley, por fin he
desenterrado el famoso mapa que nos llevara a la clave que explica la fuente de
la vida y el don de la humanidad.
- ¡¡¡Lo sabía!!! – Exclama
Indy-Hadley- Sabía que nuestras
investigaciones no estaban mal encaminadas, estaba en el arca que te indique
¿verdad?
- Exacto Indy
- Prepárate William mañana
volamos hacia Perú
Nuestro valiente arqueólogo no
cabía en sí de gozo. Sabía de los peligros que iban a correr pero al mismo
tiempo no podía dejar de pensar en la aventura. De camino a la selva, pues ese
era el epicentro donde el mapa indicaba que se encontraba el tesoro, Indy-Hadley
se relajaba en la avioneta.
Cuando posó un pie en la selva peruana supo que el hallazgo
del tesoro no iba a ser fácil. Para empezar su fiel ayudante William fue herido
en la pierna por una bala misteriosa que intentó amedrantar a los exploradores,
pero si creían que Indi-Hadley iba a bajar la cabeza ante el peligro estaban
muy equivocados. William volvió a casa, pero nuestro héroe comenzó la búsqueda
del tesoro en la más absoluta soledad.
Y como si de un valiente y bravo guerrero se tratase Tony
atravesó ríos,
Subió montañas
Coronó acantilados
Y hasta le dio tiempo a leer un libro….
Y todo ellos con los esbirros del mal,
que también querían conseguir el don de la vida, pisándole los talones.
Ajeno al peligro, y fiel a los caminos que le indica el
mapa, Indiana Hadley seguía en pos de su destino. Dirigió sus pasos hacia
la cima de una montaña que era conocida por los nativos como “la fuente de la
vida”, y hasta allí se encumbró sin suponerle el más mínimo esfuerzo. La
vitalidad de nuestro héroe era universalmente conocida y hasta allí se encaminó
sin el más mínimo resuello.
Tras coronar la cima, el mapa le indico un recoveco donde
halló una pequeño sendero. Indy-Hadley fue hacia él sin imaginarse que los
esbirros del mal le estaban pisando los talones. Estaba muy cerca de encontrar
el secreto de la vida, la verdad de la Humanidad, el código mágico que
testificase el don de la vida.
Sin miedo, se adentró en la profundidad del camino, y tras
luchar con peligrosos escarabajos sagrados, consiguió llegar hasta el tesoro.
Tras cruzar un endeble puente, el mapa le indicó el lugar del arca.
Y presa de
una emoción propia de la aventura, con un cuidado extremo, la abrió.
Dentro de ella sólo encontró un espejo en el que tras
acercarse Indiana-Hadley sólo pudo ver el reflejo de su cara.
Nuestro valiente
aventurero estaba perplejo, no entendía nada, pero tras de él llegaron
corriendo los esbirros de mal y lo entendieron todo.
Todos, sin excepción miraron maravillados a Indy-Hadley. El
arca había hablado y había dicho al mundo la verdad sobre la fuente de la vida.
La persona que encontrase el arca y la abriese sería el don de vida de la
Humanidad, el reflejo en el espejo lo atestiguaba pues el reflejo era la imagen de la vida.
Los esbirros del mal se arrodillaron y dieron gracias a los
dioses por haber hallado en el aventurero el don de la vida. Indiana- Hadley
había resuelto el mayor enigma de la Humanidad, él era y es la vida.
Y desde aquí sólo podemos decir…..¡¡¡qué fuente tan
hermosa!!!
Nuestro verdadero tesoro
P.D Esta entrada esta dedicada con todo mi cariño para mi solazo, para nuestra Bel, que ha sido su cumple hace poquito y sabemos lo que le gusta Mr. Hadley de sport. Gracias Bel por ser cómo eres, y aquí le tienes...hasta de pantalón corto. Un beso enorme AMIGA!!!
