El rey del asfalto se llevó el oro

Iflyforyou abre con un imagen sorprendente

¿Tony Hadley cantando? el mundo parece estar al revés. ¿Cómo ha llegado este campeón a esta situación? ¿Por qué se encuentra delante de miles de personas en el circuito de carreras?

Si os pica la curiosidad Iflyforyou os adelanta la primicia.

Esta es la historia de un hombre llamado Tony Hadley conocido mundialmente como el único y más grande campeón de la de la Fórmula Uno.
La vida de este hombre iba de triunfo en triunfo y de laurel en laurel. No había circuito que no se le resistiese. Los Alonso, Hamilton y compañía, sabían de antemano que debían luchar por el segundo puesto porque Hadley era el auténtico rey del asfalto.

Las curvas no tenían secretos para él y siempre se alzaba con la medalla de GOLDDDDD. Manejaba el volante con una destreza inigualable y las marchas las metía con sutil y experimentada maestría.

Parecía que los motores de la carrera y la adrenalina de la velocidad no se iban a consumir nunca, y Tony Hadley ganaba y ganaba y volvía a ganar.

Pero un día, tras alzarse con la victoria en un nuevo premio, y sentado al volante de su coche, tomó entre sus manos la medalla de oro y comenzó a tararear una canción

na, na Golddddd, always believe in your soul

Hadey creía que estaba sólo y cantaba únicamente para él, pero su entrenador personal- a la par que mejor amigo- le había puesto un micrófono en el coche sabedor de esta costumbre de Tony al terminar cada carrera.
Lo que el público del circuito de Silverstone sintió no se puede expresar con palabras: los niños lloraban de emocíón , las mujeres notaban que sus corazones se aceleraban y los hombres se unían a ese éxtasis vocal.
Hadley tenía un prodigio de voz y cuando acabó de cantar el público explotó de júbilo, y empezó a aplaudir con una fuerza desatada.

Tony estaba sorprendido, fue consciente del truco de su amigo, y sonrió feliz



Sentía que le gustaba cantar y sobre todo que hacía dichosos a quienes le escuchaban.

Así que Tony Hadley - el campeón- sin pensárselo dos veces dejó el asfalto y apostó por el micrófono. Y en un acto que le honra decidió empezar su gira en el mismo circuíto donde dejó las carreras.

Para muestras estas instánteneas de un  aficionado del motor, que ha sucumbido a la magia de Tony cantante

Tony Hadley derrochó una fuerza inusitada en el escenario.

Haciendo gala de una combustión en estado de gracia, su motor encendía a todos los asistentes. Ningún atasco era posible ante su fuerza arroyadora.

El púbico experimentaba constantes frenadas en seco, queriendo inmortalizar cada momento, por causa de esa sonrisa y de su inconmensurable voz

No fue necesario ningún tipo de airbag para amortiguar el golpe porque chocarnos con este todoterreno sería un viaje directo a la gloria.

Tony se situó entre las tablas como si fuera, que lo es, un auténtico Ferrari. Con una maravillosa puesta a punto, un potente motor, enmarcado por su poderosa mano, y una suspesión a prueba de bomba.



Y ya puestos hablemos de su armónica carrocería. Toda una gama de perfección se movía en el escenario, arroyando con su seductor porte, al mismo tiempo que con sus dos faros hechizaba a cuanto persona se encontraba bajo su radio. Su voz, de otra dimensión, era el componente perfecto para que su motor encendiese los limpiaparabrisas de su público por los constantes babeos que sufrimos los que disfrutamos de su arte.

 En definitiva y como conclusión al concierto que, el antaño campeón de la Formula Uno, dio en Silverstone podemos afirma que:

La estabilidad de sus curvas dejó perplejo a todo el que lo vio

TONY HADLEY: NUESTRO CAMPEÓN DE CAMPEONES