Tony in prima porta

¿Qué leyenda puede esconder una de las representaciones más perfectas y famosas de la escultura roma? ¿Qué misterio cobija una de las piezas más universales de nuestra historia del arte? ¿Es realmente la estatua de Augusto in prima porta el auténtico Cesar Octavio Augusto?

Iflyforyou ha intentado resolver esta serie de enigmas y tras muchos años de documentación se siente en la facultad de dar a conocer al mundo (sobre todo a las señoras Hadley) la auténtica historia que envuelve a esta maravilla artística.

Así que sin más rodeos

Dentro de su sección  “los grandes descubrimientos artísticos de la historia, 

Iflyforyou presenta…..

TONY IN PRIMA PORTA

Los que conocían a Augusto, primer emperador romano, también sabían de sus rasgos poco agraciados y su espantosa fealdad.

Y aunque la escultura romana vivía en esos momentos un período de realismo, con el deseo de imitar fielmente al modelo, lo cierto era que una imagen pública que sirviese para idolatrar a su César no podía tener la fisonomía tan desagradable que muy pocos – a excepción de su esposas y sus más cercanos generales- conocían.

Por ello su mano derecha pidió ayuda a un amigo de la infancia convertido en un afamado escultor, y le lanzó un reto. Suplantar la figura y el rostro de César Augusto con el ciudadano más armónico de cuantos habitantes tenía el Imperio.

El escultor no pudo rechazar la propuesta y se comprometió a esculpir la escultura más colosal de cuántas habían retratado a un hombre.

Ocurrió por aquel entonces que un senador romano, de origen británico denominado por todos Antoninus "il bravo", se atrevió a levantar la voz contra el despotismo del emperador y de su familia. Antoninus "il bravo" cada día era más considerado por su oratoria, y sus adeptos empezaban a contarse por millares. Más aún cuando después de las reuniones obsequiaba con un repertorio de canciones que comenzaban a hacerse cada vez más famosas.

 A uno de sus foros clandestinos fue invitado el escultor… y lo que vio le dejó sin sentido.

Antes sus ojos, el senador Antoninus, se presentaba con la fuerza de un titán y el orgullo de los mortales. No había rasgo en su fisonomía que no fuese digno de alabar. Sus poderosos gestos encolerizaban a las multitudes. Y entre las féminas comenzaban a crearse reuniones (que a día de hoy se saben que se denominaban las signorinas Hadley de Antoninus il Bravo) en las que se pasaban retratos de estilo pompeyano con el rostro de su héroe. Inclusive se tejían togas con la cara de Antoninus y por la espalda bordaban con letras romanas: FANS MUY FANS DE ANTONINUS IL BRAVO.

Sus canciones se cantaban en foros y mercados y eran muy pocos los que no tarareaban el VERITAS-VERITATIS (True), o el AURUM (Gold).

El escultor se froto los ojos un par de veces, pero la realidad volvía a ser la misma….estaba ante el hombre más perfecto que unos ojos podían llegar a ver.

Así que se acercó a él, y le contó que deseaba tomarlo como modelo para una colosal escultura. Antoninus il Bravo no creyó reunir los méritos para tamaño honor, pero tal fue la insistencia del escultor que al final accedió.

Nuestro héroe, de tan magnífica voz, nunca supo que su portentoso cuerpo había servido para que el César ganase en dignidad y belleza. Nunca supo que sus facciones perfectas suplantaron a la fealdad de Octavio Augusto, nunca supo la verdad porque al final la escultura fue robada.

Pero la historia, el arte y la belleza ponen a cada uno en su lugar, en el año 1863 fue descubierta en la villa de Livia y hoy se puede admirar esta obra de arte que escondía este misterio. Antoninus il Bravo. Hadley el Magníficus ocupa en la historia el lugar que se merece.

Y aquí está la prueba

Y nosotras las signorinas Hadley seguimos rindiendo homenaje a este senador PER SECULA SECULORUM.