Tras una par de semanas de forzoso descanso y con la tranquilidad que da, gracias al cielo,que todo vuelva a la normalidad, Iflyforyou vuelve por
sus fueros y ante el impacto que le ha causado una ultimísima foto de nuestro
míster, ha querido hacer una entrada de esas que a ella le gustan.
Con todo el cariño para nuestro gentleman favorito, y gracias a esa
foto, esta historia cobra vida. Espero que os guste.
EL BUSTO
Cuenta la leyenda que hace muchos años el Gran Consejo de escultores
hizo un llamamiento a todos los maestros con el fin de encontrar y representar
la belleza en la tierra.
Hasta allí llegaron escultores de distintas tipologías y escuelas,
muchos artistas se reunieron desde los distintos puntos del planeta con el
único deseo de moldear en el mármol su concepto de belleza.
Desde Egipto viajó
el gran escultor Nebamun, el maestro del divino Faraón Mikerinos, y ante los
presentes mostró su obra más preciada.
Pero, aun a pesar de recibir una calurosa ovación, el Gran Consejo de
escultores alabó su obra pero no le pareció lo suficientemente armónica por
carecer de calidez.
Le siguió, desde Grecia, el escultor ateniense Lisipo, especializado en
el canon de belleza y las divinas proporciones, por ello sonrió satisfecho
cuando descubrió su obra que llamó “El Apoxiomeno”.
Pero aunque el clamor de
admiración fue generalizado, el Gran Consejo se pronunció diciendo que su obra
era realmente hermosa pero que le faltaba la fuerza y la garra de un dios.
Más tarde apareció en escena el reconocido escultor Miguel Ángel que
desde Florencia se desplazó a esta cotizada reunión de escultores. Buonarotti
se presentó con una de sus mejores obras, y el jurado así se lo reconoció, pero
habían decidido ser extremadamente exigentes y ante su gran “David” el Gran
Consejo dijo:
“Sin ninguna discusión esta obra es de las más bellas que existen, pero
le falta ese aporte sobrenatural, ese toque de divinidad que estamos buscando”
Y siguieron pasaron candidatos dispuestos a descubrir su belleza y el
Gran Consejo continuo con su gran exigencia. Y justo cuando tanto el
jurado como el público estaban desistiendo de hallar la belleza absoluta,
apareció un último escultor donde se posaron todas las miradas.
El joven escultor era un inglés del condado de Islingthon que ante todos
los presentes destapó poco a poco la tela de terciopelo que cubría su busto.
Cuando quedó totalmente descubierta los componentes del Gran Consejo
enmudecieron y alguno se puso en pie para cerciorarse mejor de lo que estaban
viendo. El público no pudo reprimir una ovación y se empezaron a alzar voces
entre el respetable:
-
¡ ¡INIGUALABE!!!
-
¡¡¡COLOSAL!!!
-
¡¡¡REALMENTE HERMOSO!!!
La atención del Gran
Consejo se centró en ese busto que recogía todo lo que le faltaba al resto de
esculturas. Su armonía se reflejaba en sus perfectas proporciones, en su
calidez compartida con la fuerza y el poderío, en su concordancia con la
naturaleza, en la sinceridad de su mirada y en la divinidad que exhalaba.
El Consejo no daba
crédito y pidió al escultor que hablase ante la concurrencia, éste emocionado
tomó la palabra:
“…Cuando me enteré de
que los más grandes y sabios escultores buscaban la belleza más perfecta, puse
todo mi empeño en encontrarla. Vivo en Islingthon, y un día paseando por el
parque central de nuestra comarca, la hallé. Un afamado cantante daba un
recital en dicho parque para todos sus vecinos, y debido a mi innata curiosidad
me acerqué a verle.
Me cuesta describir
con palabras lo que vi. ¡Señores! ¿cómo describir la belleza cuando uno la
tiene delante? Realicé como pude unos rápidos bocetos y me fui a mi taller para
empezar a trabajar. Pero antes pregunté a los espectadores allí reunidos, que
también he decir que estaban embelesados por su arte, ¡Qué prodigio de voz
tiene este hombre!, cómo se llamaba ese ser tan armónico.
Me dijeron que se
llamaba Tony Hadley y pensé que hasta su nombre era musicalmente bello.
He intentado plasmar
ese rostro tan adorable, tan lleno de vida, con esa fuerza interior, esa mirada
cálida y esa sonrisa sincera, y me dije: “He encontrado la belleza”
El Gran Consejo
afirmó cada una de sus palabras y sentenció:
Tu busto refleja el modelo más perfecto. La belleza en sí es: TONY HADLEY
Y así fue como el Gran Consejo de escultores encontró la belleza, aunque sus señoreas Hadley ya la hemos encontrado mucho antes, ¿a qué si?
Primero de todo decirte que merecido descanso y yo lo se...
ResponderEliminarSegundo que es que la fotillo se las trae... Es increible lo que da una PRECIOSA FOTO de si...pero esa foto tiene un algo especial... Aunque para nosotras todo lo que entorna a este honbre es especial y magico y todas lo sabemos...
Genial como siempre Solecillo y en resumidas cuentas que donde hay ARTE.. LO HAY...
Mil besos y gracias por estos momentos....
Muakisssssssssss BEL.-
Es q no hay nada como una foto del míster para q nuestra imaginación vuele muy alto. Ayyy es perfecto este hombre xd , gracias Bel x estar siempre ahí, en todo momento, y no solo en este blog, tu ya sabes lo q quiero decir
ResponderEliminarBesooooooo gordooooo