El modelo y el guerrero

Esta semana retomamos una de nuestras secciones con una leyenda mágica donde las haya. Sin más demora:

I´ll fly for you presenta, dentro de su sección Cuentos y leyendas de la antigüedad:

El modelo y la escultura

Cuenta la leyenda que hace muchos muchos años antes de Cristo, a un joven escultor griego le encargaron esculpir una estatua que demostrase la dignidad de un guerrero a punto de caer en la batalla.
El escultor, sabedor de su difícil misión, tuvo claro que su obra de mármol debía expresar un conjunto de valentía, dignidad y compostura. Sin saber de donde sacar una copia del natural, se cargo su petate al hombro y se dispuso a errar por el mundo hasta encontrar una noble copia para inmortalidad la fuerza de ese guerrero.

Tras años de peregrinaje y desesperación, por no encontrar un modelo digno de copia, llego hasta las costas de Britania pues muchas de las personas que se encontró en su camino, le habían advertido de la tremenda belleza de un joven muchacho que habitaba en ellas.
El escultor busco y rebuscó y se metió hasta en las olas del mar por si el muchacho se encontraba allí. Desalentado y entristecido decidió retornar a su patria, pero…cuando ya estaba a punto de desistir, distinguió a lo lejos una figura esbelta y colosalmente bella tumbada en la arena de la playa.
Tal era su hermosura que creyó estar ante un espejismo pero según se iba acercando comprobó que era tan real como la vida misma, y de su boca salieron estas palabras:
- La belleza, la dignidad y la compostura han cobrado vida. Tú serás la copia natural para mi modelo en piedra.El muchacho sonrió y el mundo se iluminó.

Sin perdida de tiempo ambos se pusieron manos a la obra, uno esculpiendo y el otro irradiando la magia que la naturaleza le había otorgado.
Y tras largas sesiones el escultor sonrió, pues su obra estaba terminada.

Le enseñó su obra al modelo y ambos se sintieron satisfechos.
El escultor le comentó al joven:
- Todavía no se tu nombre admirado muchacho
A lo que él contesto.
- Me llamo Tony Hadley

Y el escultor elevó los ojos al cielo y exclamó

- Bello nombre para el más bello mortal. Mi estatua a la que he llamado “El gálata moribundo” será una pieza clave en mundo del arte, será muy copiada, pero el mundo siempre sabrá de su original: 

Tony Hadley: la más bella escultura del mundo.