GOLD MAN. Blog dedicado al gran TONY HADLEY

domingo, 16 de diciembre de 2012

El embajador y la geisha

Dentro del calendario de Mr Hadley, en el mes de noviembre, se resaltaba su reciente visita a Japón en su gira por dos ciudades: Osaka y Tokio, pero curiosamente - aún a pesar de una ardua investigación que ha llevado a cabo Iflyforyou- los medios de comunicación casi no han se han hecho eco de esta visita histórica.



Pero, cómo bien podéis suponer, esto no ha sido ningún problema para Iflyforyou. Tony Hadley ha viajado a Japón y lo extraordinario de este suceso no podía quedarse en saco roto. ¿Cómo no hacer una historia llena de geishas, de shogunes, e inclusive de samurais, con nuestro Mr Hadley? Era algo que a este blog llamaba a gritos. 
Así que, si ustedes está dispuestos, Iflyforyou os presenta su particular visión de Tony al imperio del sol naciente.
Sin más preámbulos......


EL EMBAJADOR Y LA GEISHA

Lord Hadley había sido nombrado, recientemente, embajador de inglés en tierras niponas. Su gran misión consistía en conseguir audiencia con el shogun local que se negaba en redondo a recibir a ninguna delegación occidental.



Lord Hadley sabía de lo infructuoso de su misión, pero estaba empeñado en cumplir con sus obligaciones y era un hombre que no se rendía ante la primera adversidad. Así que mientras ultimaba los últimos enseres para sus maletas, miró a su ayudante de cámara y le dijo:



-         -El soghun de Tokio me tiene que recibir sí, o , sí. Llevaré todos los presentes posibles para agasajarle.



El vuelo con destino a Japón fue largo y pesado pero nada podía ocurrir para que lord Hadley se desanimase ante su ardua tarea. Al llegar a las islas fue recibido con los honores propios de un embajador de la corona, pero el Shogun no se acercó a darle la bienvenida, en su lugar una corte de samuráis le dio el saludo inicial y le instaron a acomodarse en uno de  los hoteles de mayor prestigio de la ciudad.



El embajador se imaginaba que el shogun se haría el duro, así que comenzó a trabajar y cada día, pacientemente, solicitaba audiencia al señor del sol naciente. Y cada día recibía un “no” por respuesta. Cada día se topaba con una barrera diplomática que hacía su misión más cuesta arriba.
No obstante el que shogun no le quisiera recibir no significaba que no estuviese preocupado por su presencia y tenía la necesidad de saber que estaba tramando Lord Hadley. Por ello el gobernador local tramó un plan para tenerle vigilado. Enviaría a la más hermosa geisha del reino para espiarle.


Fue así como Nayko, experimenta geisha y espía, conoció al embajador inglés. Y en un acto de osadía se coló en su habitación de hotel justo cuando Lord Hadley se estaba bañando. 


Pero lo que Nayko desconocía era que durante una de las grandes pasiones del embajador,  su confortable y diario baño de espuma, lord Hadley comenzaba a cantar todas las canciones de su repertorio habitual.

Cuando la geisha le escuchó se quedó turbada, hasta el punto que sintió que su corazón palpitaba y sus sentidos se aceleraban, por ello tuvo que sentarse en la cama con la respiración entrecortada. Nayko nunca se había imaginado que un occidental pudiera canta así.
Por eso, todavía perturbada, no se dio cuenta de la figura del embajador que se encontraba frente a ella. Lor Hadley con sonrisa pícara, y con toda la experiencia que da una vida de conquistas, le dijo:



-          Creo no estar vestido para la ocasión  

Lord Hadley se ajustó el albornoz y escrutó a la muchacha con su mirada.

Nayko, confusa, agachó aún más la cabeza e hizo el saludo de genuflexión propio de su cultura.
-          Le pido disculpas, mi señor.

Era ahora el embajador el que se sintió turbado ante la belleza de la geisha. Le levantó la cabeza, y mirándola fijamente a los ojos le contestó.
-         - Ignoro porque estás aquí, pero me es muy grata tu visita.

Nayko confesó su secreta misión y los planes del shogun para tenerlo vigilado.



-         - Mi señor, el gran shogun me encargó la misión de vigilarle pero cuando le escuché cantar he sentido como el tiempo se detenía y mi corazón galopaba. Nunca antes me había sentido tan plácidamente alterada.  Ahora he fracaso en mi misión y el shogun me desterrará.

Tras escuchar a la joven geisha fue el embajador el que se sintió confuso ante sus sinceros halagos, al mismo tiempo que preocupado por su futuro.




-          -La verdad es que no entiendo porque tu shogun no me quiere recibir, traigo misivas desde mi país para vuestro gobierno y lo único que encuentro son negativas y recelos.

Pero levántate y no temas por ti, que yo haré como si nunca te hubiese encontrado.
Desde lo más profundo de su corazón Nayko supo que había caído en las redes de este occidental que le aceleraba la respiración.
-         - Mi señor , si me permite el atrevimiento sé cómo puede llegar hasta el gran shogun.

Lord Hadley , aún extasiado por la belleza de la joven, se intentó calmar y agudizó el oído para escuchar el plan que le proponía la geisha.

A la mañana siguiente Nayko lo tenía todo preparado. Un taxi condujo al embajador y a la geisha al palacio real del shogun,


y ésta le guió por un pasadizo subterráneo que le condujo, directamente, a la sala de audiencias.

Una vez allí la joven geisha indico a Lord Hadley que se escondiese tras una columna y esperase a ver su señal. El embajador no sabía cómo se podía haber metido en esa situación pero la lealtad a los interese de su patria conllevaba cualquier sacrificio que él pudiera hacer.

Con un séquito de 47 samurais el majestuoso shogun se adentro en la sala de audiencias impaciente por despachar los temas del día. 



Nayko se situaba, semioculta, tras las personas que rodeaban al poderoso señor del sol naciente, y cuando creyó que era el momento oportuno, dejó caer un pañuelo de seda a sus pies.

El embajador  supo que ese el momento indicado y aún estando acostumbrado a las situaciones límites, se armó de valor, carraspeó para aclararse la garganta, y…comenzó a cantar.


El shogun, asombrado, dejo caer la misiva que estaba leyendo y levantó la cabeza intentando buscar el origen de tan bello canto. Un sacrosanto silencio reinaba la estancia sólo roto voz la armónica voz del embajador.
Lord Hadley se empleo a fondo y cantó Gold, una de sus canciones favoritas, como nunca antes había cantado, puso toda el alma en cada nota y todo el sentimiento posible en cada estrofa.  
El shogun no daba crédito….y tras confesar que estaba embelesado…sonrió.


Quiso saber de dónde, y de quien, provenía esa voz y como por arte de magia, todo su séquito se volvió hacia una misma dirección creando un pasillo humano, por el que – sin dejar de cantar- el embajador fue caminando pausadamente hacia el shogun.


Los allí reunidos bajaron la cabeza esperando la ira de su poderoso amo, pero muy al contrario éste continuo sonriendo, alzó la mano para parar el canto del embajador, y le preguntó:
-          -¿Quién eres?
-          - Gran shogun, mi nombre es Tony Hadley, embajador del Imperio  británico en su país, y hasta ahora no había encontrado el  modo de ser recibido.
-          -Le ruego acepte mis disculpas, embajador. Lord Hadley, tenga por seguro que de ahora en adelante las relaciones entre nuestros países serán ricas en diálogo y fructíferas en el arte.

Y tanto el shogun como el embajador se inclinaron uno frente al otro.

Lord Hadley había conseguido ser el perfecto embajador en tierras niponas gracias a sus grandes dones artísticos y gracias a la ayuda de la gheisa Nayko, que desde que le conoció supo que no tendría más dueño que su señor occidental.

Lord Hadley fue nombrado hijo adoptivo del Japón y el corazón de la geisha se estremecía cada vez que recordaba a su adorado Tony-san, su auténtico emperador del sol naciente. 




2 comentarios:

  1. AINSSSSSSSSS.. HE VOLADO POR UNOS MOMENTOS A JAPON JUNTO CON ESTE LORD TAN PARTICULAR...

    HISTORIA ENTERNECEDORA DONDE LAS HAYA...

    NO ME EXTRAÑA QUE CON ESA VOZ CONQUISTARA A MEDIO JAPON Y LE HICIERAN HIJO ADOPTIVO DEL PAIS DEL SOL NACIENTE.. SE MERECE ESO Y MAS..

    PRECIOSO MI SOLECILLO...

    ME HA ENCANTADO BEL.-

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  2. Cómo me alegro que te haya gustado solazo. De corazón te la dedico y si te he sacado una sonrisa pues me alegro muchooooooooooooooo
    Ay ¿te imaginas a ese embajador en albornoz? ahhhhhhhggg que me da....queremos ser su geisha!!!!!!!!!!
    Gracias solazo, gracias por el cariño de cada semana
    Mil besosssssssssssss

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